La Fotodepilación

El vello corporal es el tipo de pelo que cubre la mayor parte del cuerpo a excepción de las palmas de las manos y las plantas de los pies, no supera los 2 mm y está influenciado por la hormona sexual andrógeno que lo convierten a partir de la pubertad en pelo terminal, que es el que se encuentra formando parte de los caracteres sexuales secundarios. Su color está dado por la melanina que contiene, y su cantidad dependerá de cada color de piel.

La fotodepilación es la destrucción del folículo piloso del pelo, que se realiza por medio del uso de la luz. Esta puede ser emitida por un equipo de láser o de luz intensa pulsada, los dos producirán la destrucción del folículo, lo importante es que el equipo que la emita sea un equipo médico con la potencia e intensidad adecuada, y que quien decida los parámetros sea un profesional, ya que así se evitarán dolorosas quemaduras o que no exista el resultado buscado.

La luz es captada por la melanina del pelo, a través de ella, llega al folículo piloso y por medio de la generación de calor lo destruye, de forma que ese folículo no volverá a producir vello. Por lo tanto entre más melanina tenga el pelo, más oscuro será y mejor resultado tendrá. Tiene tres fases principales, pero la fase en que el pelo tiene la raíz en el folículo, es la fase anágena y sobre ésta es que tiene resultado la fotodepilación, pero apenas un 20 % del pelo se encuentra en esta fase y esta es la razón por la que para que exista un verdadero tratamiento de depilación definitiva se deben realizar un promedio de 6 sesiones.

Se debe tomar en cuenta que si bien el folículo destruido no va a volver a generar vello, nuestro organismo tiene la capacidad de producir nuevos folículos, lo que obliga a tener sesiones de mantenimiento que generalmente son de dos por año. Y si la persona toma hormonas (anticonceptivos o terapia de reemplazo hormonal) o se encuentra en periodo de perimenopausia o tuvo un embarazo, la influencia de los andrógenos puede producir el cambio de vello a pelo terminal como ocurrió ya en la pubertad, sin que esto implique una falla en el tratamiento.